El Bolsón en Patagonia




Ir de viaje, salir a conocer un lugar, nos da una curiosidad que nos mueve hacia energías motivantes. Muchas veces las expectativas rozan la fantasía más disparatada, otras veces tratamos de ir abiertos a recibir sin esperar demasiado. Hoy recuerdo nuestro viaje al Bolsón en Febrero, puf! Qué calor! Entre 25 y 30 grados promedio y nosotros creímos que estaría fresco en esa zona de la Patagonia.
Nos alojamos en un hostel que nos recibió con banderitas de buenos augurios tibetanas colgadas al ingreso.La ventana del cuarto nos mostraba la inmensidad del Piltriquitrón ; hicimos guitarra y fogón por supuesto, con una cantante francesa que quería aprender tangos, con un estudiante de economía portugués  que viajó  de Lisboa a Buenos Aires para hacer una maestría, con una viajera Argentina y su casilla rodante, nos contó sus andanzas . Una noche desde la ventana ,justo cuando iba a tirarme a descansar un ratito de tanta aventura, escuché unas guitarras que me llevaron a dos cuadras del lugar y me uní al círculo que acompañaba a Palo Pandolfo en una hermosísima reunión mientras tarareabamos " estaré a dónde salga el sol...". , imagínense mi cara de feliz cumpleaños al haberme encontrado ese regalo.
Durante la estadía nos movimos de un lado al otro por recomendación de viajeros, a paraísos naturales! . Leyendo estas notas veo que El Bolsón tiene muchos puentes , de material, rústicos y colgantes.
Los puentes que nos conectan como metáfora hacia la búsqueda de unión.
Nuestras andanzas:
Tomamos un bus local para ir a la confluencia del Río Blanco con el Quemquemtreu, bajamos donde vimos una escuelita, que era nuestro punto de referencia, en las cercanías de la zona de trasbordo de bus ( porque en El Bolsón se trasborda de una línea de transporte a otra cuando se va hacia la región de Lago Puelo). Vimos el cartel de la escuela , caminamos bastante, creo que 3 kilómetros para adentro y otro tanto de aventureros , al mediodia y con calor , seguimos por un puente ,nos perdimos en un bosque, cruzamos un río que por suerte no estaba tan crecido.
Llegamos a una zona donde  varios disfrutan del baño del río y nosotros hicimos lo propio. Pero, buscábamos agua para beber y  no había ningún refugio por ese lado.
Caminando un kilómetro más,  bordeando el río,  había un camping que nos dio bebida y paramos a un almuerzo tardío,  Justo en el lugar había un encuentro de malabaristas, lleno de acróbatas realizando piruetas al son de la música acorde. Fue un momento maravilloso.
Otro día fuimos a " La pasarela" , un hermoso paisaje ,e ingresamos a la comunidad Mapuche, compramos jugos de frutas licuados y comidas que ofrecen en puestos que están cruzando el puente, una caminata increíble fue ingresar por el sendero hacia encontrarnos con las viviendas de la comunidad , caballos , árboles, el río Blanco y su sonido. Se nos hizo de noche y vimos una inmensa luna reflejada en el agua. ¡ qué paraíso señores!
Les recomiendo también visitar el Lago Puelo , las nochecitas de música por el centro, visitar la base del Piltriquitron .
Si quieren conocer La cascada Corbata Blanca de paso hacia Epuyen, pueden tomar el bus local,con menores frecuencias diarias. Lo tomamos cerca del mediodía, demora unos 45 minutos de viaje, se compra el pasaje en el colectivo. Bajamos en la ruta, compramos provisiones en el único almacén que atiende una señora muy amable, caminamos dos kilómetros, en calle de tierra hasta llegar, el ingreso es gratuito.
A pesar de que los de información del parque nos dijeron que era de fácil  acceso les cuento que casi nos volvemos sin subir porque no hay barandas es riesgoso el ascenso y muy finito hacia el precipicio pero valió la pena subir sin aire por falta de estado 😁.
Uy no puedo dejar de mencionar  la base del cajón del Azul nos dejó boquiabiertos,  salimos un día temprano , llegamos en bus local y bajamos en la parada  del camping " Doña Rosa", de ahí a la derecha hasta que vean el puente. Es un puente de madera que me dio vértigo pero era tan hermoso todo que lo crucé rápido para dar a una playita con un agua verde turquesa y nos metimos ahí nomás sin importar los dichos del agua fría de glaciar. Como que nos dejó  helados por un instante pero enseguida uno se aclimata, cruzamos nadando al otro lado donde una pareja de holandeses tienen un puesto de comidas naturistas y hacen espumante de sauco, que es una delicia! Los chicos tienen alojamiento que ofrecen desde noviembre a marzo, es una postal la imagen del lugar.
A la vuelta ,nos ofreció llevarnos un señor brasilero que tenía un comercio en la ciudad, porque ya era bastante tarde casi de noche.

La Patagonia en sí es demasiado bonita y haber ido sin planes fue genial.
Eso si, los alojamientos en verano no son fáciles de conseguir por lo tanto es recomendable reservar anticipadamente. La movilidad en la ciudad la hicimos en bus local, se abona en el micro.
Se puede viajar desde la terminal de Bariloche con varias frecuencias diarias , demora 2 horas en llegar.

Viajando descubrimos nuestra finitud y a su vez la inmensidad y la belleza!


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